Sólo sé que no sé nada...

jueves, abril 19, 2007

Amor con fecha de caducidad

Conoces a alguien que te encanta. Sabes que llegara un día en el que esa persona saldrá de tu vida en un momento determinado, y haces lo posible y lo imposible para que te encante únicamente, y la cosa no vaya a más.

Pero la vida es muy puñetera, y cuanto más quieres evitar una cosa, más se empeña el destino en que ocurra, y los sentimientos crecen, y tú callas porque sabes que lo que empiezas a sentir no tiene sentido, porque esos sentimientos tienen fecha de caducidad y desaparecerán un día no muy lejano dando paso al dolor, a las lágrimas, al vacío.

Te ves al borde del precipicio y tienes 2 caminos: o volver atrás, o tirarte. Te asomas y ver lo que te espera abajo, asusta; no es para menos, te espera el dolor. La mente te dice que lo más sensato es retroceder, pero tu corazón te lleva irremediablemente al fondo oscuro, frío y doloroso de ese abismo.

¡¡¡Da un paso atrás!!! ¿¿Estás loca?? ¿Esque no ves lo que te espera ahí abajo?

Y lo que quieres evitar vuelve a ti más fuerte, porque a él le pasa lo mismo, y se te cae el alma al suelo... Y sientes cómo el corazón te va tan rápido, que te da lo mismo estar al borde del abismo, ¡¡¡como si quiere ser la mismísima boca del infierno!!!

No es que te tires, esque te empujan... O eso quieres pensar para que la razón duerma tranquila, y los remordimientos por haber hecho las cosas de pena no vengan en forma de angelito y te digan esa maldita frase: "¡Te lo dije!"

Mientras vas cayendo, todo va bien, eres la más feliz del mundo, pero cuando empiezas a ver el fondo del abismo cerca... ¡¡Ay, amigo!! ¡Las cosas empiezan a cambiar! ¡¡¡Duele demasiado!!!

lunes, abril 16, 2007

Simplemente YO

Cuando alguien trata de hacerte cambiar, de hacer que seas aquello que él o ella quiere, y lo hace sutilmente, puede que no te des cuenta.
Poco a poco, va tensando la cuerda, es evidente que te quiere cambiar, y tú, por alguna razón, cedes, porque piensas que el cambio es a mejor.
Pero la cuerda se tensa demasiado.
Tú eres el único que cede, el único que pone de su parte, el único que hace algo por los 2, el único que tira de ese proyecto en común.
Entonces abres los ojos y lo ves claro: te estas convirtiendo en otra persona.
Lo has hecho porque has querido, sí, pero te preguntas por qué esa persona quiere cambiarte, por qué te moldea a su gusto y preferencias, ¿es que no le gustas como eres? ¿entonces, por qué vino a ti?
Y te cansas.
Brota tu YO desde dentro con más fuerza que nunca, ese YO que has estado moldeando, y cambiando, ese YO que has estado ocultando por miedo. Sí, sí, ¡por miedo! Por miedo a que esa persona se fuera de tu lado, y es entonces cuando la rechazas tú.
¿Ironía? No, simplemente el curso natural de las cosas.
Es imposible cambiar a alguien.
Acepta a quien tienes delante tal y como es, o recházale.
No trates de manipular a nadie...
A todos los que han dejado salir ese YO que llevamos dentro.
Linkin Park- Numb (Meteora)
I'm tired of being what you want me to be
Feeling so faithless lost under the surface
Don't know what you're expecting of me
Put under the pressure of walking in your shoes
(Caught in the undertow just caught in the undertow)
Every step that I take is another mistake to you
(Caught in the undertow just caught in the undertow)
[Chorus]
I've become so numb I can't feel you there
I've become so tired so much more aware
I'm becoming this all I want to do
Is be more like me and be less like you
Can't you see that you're smothering me
Holding too tightly afraid to lose control
Cause everything that you thought I would be
Has fallen apart right in front of you
(Caught in the undertow just caught in the undertow)
Every step that I take is another mistake to you
(Caught in the undertow just caught in the undertow)
And every second I waste is more than I can take
[Chorus]
I've become so numb I can't feel you there
I've become so tired so much more aware
I'm becoming this all I want to do
Is be more like me and be less like you
And I know
I may end up failing too
But I know
You were just like me with someone disappointed in you
[Chorus]
I've become so numb I can't feel you there
I've become so tired so much more aware
I'm becoming this all I want to do
Is be more like me and be less like you
[Chorus]
I've become so numb I can't feel you there
I'm tired of being what you want me to be
I've become so numb I can't feel you there
I'm tired of being what you want me to be

sábado, abril 14, 2007

¡¡¡Hoy me siento flex!!!

Es curioso, hace un par de semanas, no sabía ni por dónde pisaba, andaba dándole vueltas a muchas cosas y todas mis ideas andaban desordenadas. Estaba realmente confusa. No sabía hasta que punto el madurar en esta vida me había cambiado, no sabía si realmente quedaba algo de aquella niña ingenua e inocente que un día fui, no sabía si el mundo y las cosas que había vivido me habían cambiado tanto que ya no quedaba nada de la persona que realmente era.
Es duro levantarte todos los días con eso en la cabeza, porque, en realidad, la pregunta que hay detrás es: ¿Quién soy?
Y la pregunta es tan inquietante, que no se va nunca de tu mente. Sigue ahí, en tu cabeza, creándote inseguridades, haciéndote darle vueltas a todo; y cuando digo todo, es TODO. No te dejas nada por analizar; no estás mal, simplemente estás, porque, estés donde estés, vayas donde vayas, veas lo que veas, escuches lo que escuches, tu mente está en otro lugar.
De alguna manera, me di cuenta de que esa niña ingenua que fui, aún sigo llevándola en mi interior. Pensé que estaría en algún lugar dentro de mí, asustada y escondida al ver en lo que me he convertido, pero no es así. Esa niña sigue estando dentro de mí, pero es diferente. Ha ido evolucionando hacia algo, hacia lo que ahora mismo soy.
Ya no me asusta ni inquieta ver que he perdido algunas cosas de mí.
No me asusta porque alguien me ha hecho ver que tengo que estar orgullosa de lo que hoy soy.
De hecho, lo estoy.
Sé que esa persona jamás leera estas líneas, pero tenía que dedicarle unas palabras, porque sin querer, me ha dado mucho. De alguna manera, me ha tendido la mano y me ha animado a seguir caminando tal y como lo estaba haciendo, me ha dicho entre líneas que no hay motivo para hacer un alto en el camino, porque debo avanzar como hasta ahora.
No sé si algún día le podré agradecer lo que ha hecho, ni siquiera creo que sea consciente de todo el bien que me ha hecho...

jueves, abril 05, 2007

A los hombres hay que tratarlos mal...

Jamás he sido una "rompecorazones". O por lo menos, no me he enterado...
Me explico, nunca he ido por la vida con la intención de llamar especialmente la atención, más bien al revés, paso desapercibida, y me gusta. No soy de las que se pone en plan tonto, con actitud interesante para llamar la atención del chico que me guste en cuestión. No. Me limito a ser yo misma, sin más vuelta de hoja.
Y con eso quiero decir también que nunca he pensado aquello de "a los hombres hay que tratarlos mal para que te traten bien". Siempre he tenido muy claro que todos somos personas y que eso de tratar mal a alguien así como así iba en contra de mis principios. Y más incongruente me parecía aún si la persona a la que se quiere "maltratar", te gusta.
Pero claro, esque esa frase, está mal dicha...

No hace mucho, conocí a una persona a la que yo había tachado de borde, y más aún, de cabrón insensible. Los que estén leyendo esto y me conozcan, saben perfectamente que para que yo piense eso de alguien... Es porque se lo ha tenido que ganar a pulso, y sobretodo, demostrarlo. Evidentemente, si era un borde con todos, yo no fui una excepción: en cuanto nos conocimos, me soltó unas cuantas lindas flores, con una clase y una elegancia, que nunca había conocido. Todo hay que reconocerlo: borde, pero con un estilo increíble.
No lo voy a negar, semejante personaje, me imponía, incluso me daba miedo, pero mira tú por dónde, este chico despertó en mi algo que yo pensaba que no existía: el orgullo. No me iba a dejar pisar por él; sabía que no iba a estar a la altura de su ironía y sarcasmo, pero tenía que morir con las botas puestas, como suele decirse...
Y mira tú por dónde, parece ser que sí estuve a la altura, porque cuando más en situación estaba, él, dejó de contestarme.
Aquello fue todo un shock para mí: descubrir que tengo orgullo, desempolvar mi más afilada ironía, y además, ganarle un pulso a todo un maestro de la bordería. Increíble.
Pero, claro, no contaba con que con alguien acostumbrado a batallar, no se iba a dar por vencido, yo había ganado una mísera batalla, no la guerra. Aunque, esta vez, las cosas eran distintas: estaba usando su ironía y su sarcasmo, no contra mí directamente, sino a su favor. Dejándose a él como superior, indirectamente quedaba yo por debajo, además de que, tengo que reconocerlo, estábamos ya tonteando. Pero él solito, cayó en su propia trampa, y yo sólo tuve que decir lo evidente, ganando la 2ª batalla.
El asunto empezaba a darme miedo: ¿cómo se suponía que iba a reaccionar la próxima vez? Me imaginé que me hundiría en la miseria, más que nada, porque lo había dejado ya 2 veces a la altura del barro, yo, una aprendiz de borde, y además, chica... Su ego tenía que estar algo más que dolido.
Esa tercera vez, fue extraño. Las cosas tomaron un rumbo diferente.
Os pongo en situación: jugando con los amigos, a hacer preguntas sobre hacer elegir una opción u otra a quien tú quisieras (el porqué, cómo y cuándo de este juego, no importa). No hace falta decir, que nos picamos, claro. Él trataba de saber cosas sobre mí a través del juego, cosa que no me importaba en absoluto, porque, evidentemente, yo hacía lo mismo, pero de repente, las preguntas cambiaron el rumbo, y pasó de atacarme, a tirarme los trastos descaradísimamente. Aguanté aquello como pude, y de paso, yo alguna también le tiré... Aunque ni mucho menos tan envenenadas como él.
Os podéis imaginar los rumores y comentarios que despertó aquello luego...
Y ya para rematar, otro día, después de comentar con mis amigos (entre los que estaba él) un asunto bastante delicado, me esperaba un ataque frontal directo y destructivo suyo, porque, sinceramente, tenía por dónde atacar y os aseguro que de aquello, no habría sabido defenderme... Y para nada lo hizo. Al revés. Me dio una visión en la que yo no había caído y me dejó ver su lado más sensible. Me dejó sin palabras. Y con una cara de imbécil considerable. Yo que pensaba que era un tío borde, frío, un cabrón insensible, egocéntrico... ¡¡¡Y resulta que tenía corazoncito!!! Y qué tierno, por cierto...
En ese momento, se ganó mi admiración, se me ganó totalmente.
Luego comprendí muchas cosas.
No se trataba de una guerra. Bueno, quizás sí, pero no como yo la había entendido.
Con las 2 primeras "discusiones de gallitos" que tuvimos, no estaba haciendo otra cosa que averiguar que clase de chica era: primero, si era una niña que no aceptaba críticas, y luego si me gustaba que me echaran flores. Evidentemente, el pulso de ironías, fue una prueba "a ver si aguantaba".
Las otras 2... pues es evidente lo que fueron.

Así que, no se trata de tratar mal para que los chicos te vayan detrás, sino de ponerte en tu sitio para hacerte respetar.