Sólo sé que no sé nada...

domingo, diciembre 30, 2007

Feliz 2008

Bueno, probablemente no pueda escribir ya hasta el año que viene.
Estamos a las puertas del 2008, un año nuevo, enterito para estrenar, con todos sus días limpios e inmaculados para gastar, 365 días para recorrer...
Habitualmente se suele desear a los demás un feliz año nuevo, salud dinero y amor, y hacer una lista de Propósitos para el año que entra.
Yo os voy a decir algo que espero que os haga pensar.


Tenemos por delante un nuevo año para estrenar. No dejéis que las horas y el tiempo pasen sin pena ni gloria, no dejéis correr ese tiempo, dadle sentido a cada minuto con el propósito de que todas y cada una de las sensaciones que ese tiempo recorrido os dejen, sean dignas de recordar, no de enterrar en el baúl de los recuerdos.

Yo, personalmente, voy a empezar el año cometiendo una locura. Voy a quemar mi último cartucho... Si no lo intento, no voy a saber nunca qué podría pasar. Y no voy a quedarme de brazos cruzados, ya perdí demasiado tiempo viendo pasar las horas, esperando la reacción de los demás... Ahora me toca a mí.

Podríamos decir que mi propósito para el Año Nuevo es aprender a luchar por las cosas que quiero...


Feliz 2008. No lo desperdiciéis...

martes, diciembre 25, 2007

Feliz Navidad

Ante todo, desearos una feliz Navidad a todos los que, por una razón u otra, me leáis.
Éstas son fechas para pasar con las personas que quieres.
Sí, es cierto, a veces faltan algunas de esas personas, y son precisamente de las que más nos acordamos. Sin ánimo de menospreciar a los que están a tu alrededor, automáticamente recuerdas a los que no están...
Habitualmente, para mí, estas fiestas son bastante insoportables. Además, no aguanto el consumismo que las rodea... Y este año, aún están siendo peor.
Así que, prefiero ser breve, y desearos unas Navidades mucho mejores que las mías.
Disfrutad de lo que tenéis.

domingo, diciembre 23, 2007

En estas fechas...

Se acercan unas fechas entrañables, llenas de alegría, felicidad, entre otras cosas, y lo más habitual es que las pasemos en familia.
No sé por qué, pero en estas fechas, aprovechamos todos para ver a todas aquellas personas que durante el año apenas vemos. Nos dedicamos a planear grandes comidas y juntar a la mayor cantidad de seres queridos que nos es posible. Y, claro, cómo no, debes estar feliz por ello.
Pues yo no lo estoy. No es que desprecie a todas las personas que estarán a mi alrededor, en absoluto, pero... Como me dijo hace poco:

"La mayor de las soledades es encontrarse rodeado de gente feliz y lejos de la persona que quieres."

Es curioso cómo se echa en falta a la persona que no está en ocasiones así.
Hoy no me encuentro especialmente inspirada para escribir.
Le echo de menos, demasiado, no duele, pero sí me llena de una triste melancolía, de una tristeza agridulce que automáticamente, y sin remedio, cualquier cosa me lleva a él. Soy incapaz de disfrutar los buenos momentos, porque en mi mente está su ausencia, recordándome lo que es ser feliz de verdad. Y, créanme cuando les digo que dista mucho de lo que nos empeñamos en demostrar en estas fechas...
Para mí la felicidad no es abrir un regalo, ni salir a gastarme mi sueldo en regalos para los demás, ni estar en una cena inmensa... Para mí la felicidad es poder cogerle de la mano y tener la sensación de que no voy a poder soltarle nunca; para mí la felicidad es despertarme por la mañana y ver su carita mientras duerme tranquilamente; para mí la felicidad es llegar de trabajar y saber que él me va a hacer olvidar todos los malos momentos en cuanto vea su sonrisa; para mí la felicidad son sus besos; para mí la felicidad es saber que piensa en mí cuando no está a mi lado...

Para mí la felicidad tiene un nombre. Para mí la felicidad es él.

lunes, diciembre 10, 2007

Desde el infierno se oye tu voz

Es curioso cómo el capricho del destino te puede llevar de estar en lo más alto a caer de bruces contra el suelo en cuestión de décimas de segundo.
Y aún sabiendo que nos vamos a dar en las narices, el ser humano mantiene la esperanza y se aferra a ella como a un clavo ardiendo con tal de no asumir que hemos perdido...
Y yo la primera, que conste.
Hay veces que la esperanza es lo único que nos mantiene a flote en esta vida, eso es cierto, pero otras es más dañina que cualquier desgracia directa. A veces mantener la esperanza te hace conservar ilusiones que caen por su propio peso, y el daño es más leve, más lento, porque se va clavando lentamente como una estaca y nosotros nos quedamos admirando el proceso lamentándonos y pensando que aún hay salvación. Y hay veces que no es así, no hay salvación alguna.

"Mientras hay vida, hay esperanza", dicen...

Supongo que es lo que tiene el futuro, que es incierto. Quizás si supiéramos qué va a ocurrir a lo largo de nuestra vida, llevaríamos una vida patética e insufrible.


Desde ayer, el mundo ha dejado de pintar de color de rosa para sumirse en un azul profundo, en las sombras.
Tengo un nudo en el estómago que me impide mostrar mi habitual sonrisa. No tengo ganas de sonreir. No tengo motivos para ello y estoy cansada de ocultar mis verdaderos quebraderos de cabeza con esa sonrisa. He dejado de usar ese comodín, sí, parecía que eso no iba a suceder nunca, supongo, pero mi dolor es más grande que lo que me ayuda a levantarme por las mañanas y llevar una existencia que ahora califico como infierno.
Ando todo el día sumida en mi mundo, y la verdad es que no tengo ganas de salir de él, porque, aunque no es perfecto, es un poco mejor que el de ahí fuera. Más adelante quizás reúna fuerzas para enfrentarme a él.
Y no sé si esa minúscula esperanza que arroja un poco de luz sobre mí es buena o mala. Si hago caso de mi mente, me está haciendo daño, y si hago caso de mi corazón, ¿quién sabe?, podría pasar...
Alguien me dijo una vez que no hay nada imposible, sólo improbable. Ahora mismo lo veo todo demasiado negro, y a intervalos, esas palabras que me mantienen el latido dentro de mi pecho.
Una lucha interior entre la oscuridad y la esperanza, supongo...