Siempre había estado a su lado, aquella niña dulce, a la que siempre había querido para él, y a la que nunca se había atrevido a decir ni media palabra de todo lo que sentía por ella... Siempre había buscado en todas las chicas a las que había besado, alguien que pudiera hacerle sombra para olvidarla, porque nunca había creído estar a su altura...
La miraba, se miraba, y las palabras que se le venían a la cabeza eran "Ella nunca se fijará en mí, ¿cómo va a estar una niña como ella con un pobre diablo como yo?". Él, que siempre había sido el 'gigoló' del grupo, el chico por el que todas las nenas suspiraban y ninguna conseguía cazar, el que siempre alardeaba de no conocer el amor, porque no creía en él... Si los demás supieran qué sentía en realidad...
La miraba, se miraba, y las palabras que se le venían a la cabeza eran "Ella nunca se fijará en mí, ¿cómo va a estar una niña como ella con un pobre diablo como yo?". Él, que siempre había sido el 'gigoló' del grupo, el chico por el que todas las nenas suspiraban y ninguna conseguía cazar, el que siempre alardeaba de no conocer el amor, porque no creía en él... Si los demás supieran qué sentía en realidad...
Ahora, aún era peor: ella estaba con uno de sus amigos. Él era un chaval realmente majo, y sabía que no le iba a hacer daño, que ella le gustaba de verdad... ¿Y a quién no? Si ella era un encanto...
Ahora sí que se había convertido en alguien intocable para él.
Sin embargo, cada vez que los veía de la mano, algo le oprimía el pecho, tirando de él hacia dentro, era incapaz de verlos juntos, lo evitaba por todos los medios... Cada vez deseaba más estar en el lugar de su amigo, aunque sabía que no era posible, quería que ella lo amara, que necesitara su amor igual que él necesitaba el suyo... Y como sabía que no era posible, cada noche buscaba un poco de cariño en otras chicas que le hicieran olvidar su dolor; aunque ninguna llegaba a llenar el vacío que la melancólica muñequita le producía...
Y mientras, en algún otro lugar, la dulce muñequita moría de melancolía pensando que el pobre diablo por el que en realidad había suspirado siempre, estaría con alguna chica a la que ella no creía llegar a hacer sombra, y se consolaba pensando que, por lo menos, su amigo la amaba...
"Ámame cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite"