Sólo sé que no sé nada...

martes, febrero 12, 2008

Nunca más

Me levanto, y como cada día, me encamino hacia Mordor... Ese sitio alejado de la civilización donde el sol no penetra, y el frío y la humedad son dueños de todo el lugar. Javi pone un CD.
¡Oh! AC/DC. Qué grande es. Por lo menos el camino se hace más llevadero.
Desde el principio de la calle se ve la luz de la morada de la Señora Oscura. Definitivamente, esta mujer, no duerme, ¿es un androide? ¿Es un orco? No, es La Señora de los Anillos, dueña y señora de todo lo que nos rodea.
Nada más atravesar la puerta, me recibe Joe, con su saludo irónico y lleno de sorna. ¿Qué haría yo sin él todas las mañanas? Es quizás una de las pocas personas que hoy por hoy son capaces de sonsacarme una sonrisa.
Me pierdo entre albaranes y facturas, tratando de olvidarme que estoy en primera línea de batalla, a tiro de la Señora Oscura, cuando me pregunta qué tal fue mi examen el otro día.
Es curioso, a pesar de ser la persona menos considerada y más desagradable de la faz de la tierra, no me cuesta ser sincera con ella, al revés. Le hablo con franqueza. También las Señoras Oscuras tienen sus ratos buenos e incluso humanos.
Mientras las facturas se me comen, me abstraigo de la compañía de una de las pocas aliadas que tengo allí, y mi mente viaja tan lejos como puede en el tiempo, hacia esos momentos que tanto añoro, esos ratos que me hicieron feliz como nadie puede ni siquiera llegar a imaginarse. Y las palabras NUNCA MÁS, vienen de golpe a mi mente, provocándome una tristeza tal, que aún me pregunto cómo pude llegar a contener las lágrimas.
Quizás comprendí el significado que encierran en un instante que pensé que nunca llegaría.
Y no fue la única vez a lo largo del día.
En mi paseo mañanero hacia La Comarca, me enciendo un cigarro, ése que cojo con tantísimas ganas 2 horas antes de la semi-libertad, y me meto en mi mundo con las mismas palabras retumbándome en la cabeza una y otra vez. Y sin saber cómo, ahogo todo el dolor que me traen.
Tras el zafarrancho de mediodía, huyo a comer, y ni siquiera abro la boca. Me limito a escuchar y seguir en mi mundo con las malditas palabras en mi mente. Sí, hoy sabré de él, lo sé. No sé cómo, pero lo sé con seguridad.
Y a partir de ahí, la tarde se me escapa de las manos en La Guardería, con MaryJoe y La Rubia.
Tras un camino de vuelta más que ameno en el coche de mi aliada, camino con la música a todo volumen en mis oídos para no dejarme pensar hacia mi casa, el único lugar donde puedo desmoronarme sin temor a nada.
Y sí, sabía que tendría noticias suyas, y ahí estaban.
A la 1 A.M. yo no le dejé conciliar el sueño. Y me envió lo que me había prometido.
Pocas palabras, pero las suficientes como para darme cuenta de que mi dolor al lado del suyo es insignificante, de que si mi mente viaja casi sin darme yo cuenta, la suya está constantemente conmigo.
Y me da algo para que lo publique en un sitio donde todos los que le apreciamos podamos leerlo.
Algo que está cargado de melancolía, de tristeza, de pequeños mensajes que sólo él y yo entendemos y que, evidentemente, son para mí. Sólo para mí.
Y quiere que lo publique yo, pudiendo hacerlo él. ¿Quiere demostrarle a los demás que sólo está en contacto conmigo? Sí, en especial a alguien en concreto: a 2 personas que no quieren que lo nuestro vaya bien.
Hago lo que me pide, entre lágrimas; sus palabras me duelen, me duele su dolor.
Y sin embargo algo dentro de mí también entiende que ese NUNCA MÁS es probable que se esté desdibujando hasta desaparecer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca dejes de escribir.

¿No has pensado en publicar una novela, quizás con un personaje gótico como las fotos que acompañan tus post?

Existe un sitio en internet (del que escribí un post que verás si buscas lulu en mi página), que se llama Lulu, en donde publican libros a la "carta".

Me parece muy interesante y si alguna vez lo escribes, no dudes en decírmelo.

Mucha gente escribe, pero escribir creando sombras y parajes que instintivamente sientes a tu alrededor, es un arte, que gusta saborear.

Laura dijo...

Nunca me lo he planteado, la verdad.
A veces he escrito relatos cortos, pero en el momento en que los alargo, pierden intensidad para mi gusto...
No eres el primero que me lo dice, pero nunca me lo he planteado en serio.
Echaré un ojo a tu post ;)