Sólo sé que no sé nada...

martes, septiembre 20, 2005

DeSdE LaS pRofUnDidAdeS...

Siempre he tenido las cositas claras.
Ya desde muy pequeña sabía que el chico de mis sueños iba a ser moreno y pequeñito.
Y así es.
Lo que no sabía era qué se siente ante el AMOR; sí, en mayúsculas, ese que cuando llega, sabes que te ha marcado para toda la vida, que es eso lo que has estado buscando como un desesperado y que te había parecido encontrarlo, pero que, una vez lo sientes, sabes que no lo habías encontrado antes.Y eso que siempre lo he dado todo, que he amado con todas mis fuerzas cada vez que he creído encontrar el amor... Pero no se trata de eso, no se trata de amar con el corazón de forma sincera, sino de que te sientas tan lleno que no necesites nada más que a esa persona. Suficiente.
Y esa persona tiene nombre y apellidos, y una cara concreta.
Desde que supe que era él quien me hacía sentir así, traté de negármelo a mi misma. Es algo muy habitual en mi, he llegado a la conclusión de que es un mecanismo de autodefensa, el caparazón del que tantas veces he hablado y que mi subconsciente en este caso pone entre la realidad y mi yo. Y esque a veces el subconsciente va dos pasos por delante de uno mismo, y quizás deberíamos dejarnos llevar más por las intuiciones...
Pero tarde o temprano tenía que asumir que me estaba negando lo evidente y que seguir haciéndolo sólo me iba a hacer más daño. Así que he tardado más bien poco en asumir que era él a quien he estado buscando incansablemente y por quien me he dado mil veces con la cruda realidad para saber reconocerlo en cuanto se me presentara delante de mi.
Y esque, aunque he perdido el norte muchas veces y he estado buscando sin saber qué era lo que quería, con él sólo he tenido que preguntármelo una vez. Ha sido suficiente.
Porque nunca nadie me ha hecho sentir como él me hace sentir sólo con estar a su lado.
Siempre está en su sitio, nunca está fuera de lugar; sabe decir la palabra perfecta en la situación adecuada; sabe desenvolverse en cualquier tipo de situación; siempre va dos o muchas veces tres pasos por delante de mí, lo cual, muchas veces me asusta, pero sé que siempre puedo fiarme cuando me dice qué es lo que debo hacer; todo lo hace bien, lo mejor que puede, y sino, siempre está dispuesto a aprender; siempre tiene algo interesante que decir, me encanta escucharle como si fuera una niña a la que le cuentan su cuento preferido; siempre acabamos discutiendo, pero nunca nos levantamos la voz, y al final, los dos nos damos cuenta de que sencillamente teníamos mucho que aportar el uno al otro si desde un principio nos hubiéramos escuchado; es tremendamente responsable... cuando tiene que serlo, y cuando no... dejémoslo en que es peor que yo; pero sobretodo, sobretodo, lo que más me gusta de él, sin ninguna duda, es que me hace reír... Y que no he conocido a nadie tan dulce como él.
Con todos sus defectos, es perfecto.
Sólo tiene un defecto.
Uno sólo.
Pero insalvable.
Que no me corresponde.
No hay dolor más insoportable que el de no ser correspondido. Ni sonido más desgarrador que el de un corazón rompiéndose...
Pero lo más doloroso es descubrir a la vez que has encontrado a la persona que buscas y que no te corresponde.
Sin embargo, aún veo un tenue rayito de esperanza.
Hay algo en sus ojos que me dice que sus palabras no dicen lo mismo que sus sentimientos.
Por eso voy a limitarme a permanecer a su lado y esperar.
Si he podido esperar 25 años para encontrarle, puedo esperar a ver algún signo en él que me diga si definitivamente debo alejarme o permanecer a su lado.

2 comentarios:

Dioxateo dijo...

Si, lo de no ser correspondid@ suele ser un problema, pero al menos, no es insuperable, ¿no? jaja.

Laura dijo...

jejejeje, veo q t has decidido a escribir...
No, no es insuperable ni no asumible... Pq al final, s fini... Y aun no me he muerto!!! pero no deja de doler...