Sólo sé que no sé nada...

miércoles, noviembre 16, 2005

Teoría del golfo

Todos hemos conocido alguna vez al típico golfillo. De hecho, casi siempre hay uno en todos los grupos de amigos.
El prototipo de golfo es guapete, o cuando menos, resultón, quizás no por su físico, muchas veces es por su personalidad, porque es divertido, descarado, y por supuesto, se lo tiene tan creído, que no admite un no por respuesta, es un ganador nato, no sabe perder, de hecho, pocas veces lo hace, y cuando pierde, es tremendamente difícil que lo reconozca incluso probándoselo en sus propias narices, niega la evidencia; por eso mismo, porque no sabe perder, porque sabe que es difícil que pierda, entra a cuchillo, sin miramientos, de frente, sin opción a réplica, directo. Y así es como gana. También le gusta alardear de sus triunfos, sobretodo si se trata de chicas, son su mayor trofeo, porque es un ligoncete con mayúsculas y todas las letras. De hecho, cuando queda con sus amigos, siempre aparece con una chica distinta, a cual más guapa, o más divertida, demostrándoles a sus amigos que su historial es interminable y que ninguna chica es capaz de pillarle porque... Es el amo... ¡¡O eso cree!! Porque no es así. Todos nos acabamos enamorando, y el golfo mayor del reino, no va a ser una excepción. De hecho, la teoría del golfo dice que cuanto más ligón y más golfo es un chico, más normalita es la chica que acaba pillándole.
Y pienso que es razonable.
Una persona que se ha dedicado a juzgar a los demás por su físico, acaba enamorándose de alguien por su interior. ¡¡Y ya puede ser la hermana gemela del jorobado de Nôtre Damme!! Al fin y al cabo, el físico se va desgastando, y da igual que sea un físico espectacular, porque el tiempo pasa para todo el mundo.
El puntito está en cómo pillar al típico golfo, cómo hacer que se fije en tu interior, y no en tu exterior. Pues bien, siento deciros, chicas, que esa respuesta no la tengo... PERO OS AGRADECERÍA QUE SI LA SABÉIS, ME LA DIÉRAIS!!

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