Es cierto que todos deseamos algo. Hablo tanto a nivel material, como a nivel emocional. Algunos desean una casa, otros se conforman con un móvil de última generación,... Luego están los deseos que no podemos tocar, y quizás esos sean los más peligrosos, porque un deseo tan sencillo como querer llevarte bien con tu hermano, puede traerte como consecuencia, que te cuente algún problema realmente horrible... Sí, es cierto que siempre es mejor la verdad, no quiero decir con esta frase que 'Ojos que no ven, corazón que no siente'.

Además, una vez consigas ese deseo... ¿Es realmente lo que esperabas?
Por norma general, idealizamos las cosas de tal manera que, una vez las conseguimos, nos saben a poco... Muchas veces aquello que conseguimos acabamos despreciéndolo porque no responde a nuestras expectativas. ¿Por qué? Porque lo hemos idealizado, nuestra mente ha magnificado tanto aquello que deseamos, que ya no responde a la realidad, y nos decepcionamos...
Y si aquello que consigues responde a tus expectativas, cuando lo consigas... ¿Qué? ¿Qué ocurre cuando consigues lo que quieres, aquello que has deseado toda tu vida? Muchas veces tienes miedo. Cuando tienes algo así cerca, y la posibilidad de que se haga realidad es latente... Da miedo. Muchas veces hasta huyes... Del miedo que da perderlo después de saber que aquello es perfecto para ti; saber que no puedes ser más feliz, la posibilidad de perder lo que te da esa felicidad, hace mucho daño, así que eliges huir; prefieres no probar la sensación de felicidad, de no saber realmente qué te estás perdiendo...
Los deseos, hay que saber pedirlos.
Ten cuidado con lo que deseas...
Ahora, ya quedas advertido... ;)
2 comentarios:
la ilusión está en conseguir lo que quieres, y la desilusión viene cuando ya lo tienes...
eses es el dilema
saludos
robert
Sí, básicamente es eso, aunque pienso que, a veces, es aún más complicado... ;)
besos!!!!
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